Si recordáis mi reseña de Almendra (2017), os contaba cuál había sido mi experiencia leyendo una novela donde el personaje principal describía cuál era su actitud ante el panorama social actual. En este caso, volvemos a una novela parecida, donde el costumbrismo y la soledad son los principales protagonistas, a parte de Keiko, por supuesto.

Keiko trabaja en una tienda de conveniencia, tiene 36 años y está soltera. A la vista de una perspectiva occidental no supone ningún problema, pero en el mundo oriental esto es un caos. Y mientras tanto todo el mundo le pregunta por qué no ha encontrado marido ya, ella sienta que ha encontrado su sitio en la tienda de conveniencia. No es el trabajo de sus sueños, pero le aporta tranquilidad y un lugar seguro. 

La dependienta es un libro que nos habla de la presión social en el continente asiático, de las condiciones de vida según tu puesto en la sociedad, de la convivencia, del trato hacia otras personas, y sobre todo, de cómo se encuentra uno mismo en el lugar más inesperado. A pesar de que Keiko quiera cambiar a mejor y tener un trabajo fijo, en el fondo hay algo que le dice que ha nacido para ser dependienta. 

La reflexión de esta novela lleva al lector a pensar en cuántas veces ha actuado de una forma u otra según la presión social que sintiese en ese momento. Todos hemos hecho cosas que no nos gustasen para "quedar bien", y en La dependienta se ve reflejado en el trabajo y en el matrimonio. Es un libro que se lee de una sentada, y que te hace pensar. Si nunca habéis leído a una autora asiática os recomiendo mucho empezar por este libro, sobre todo para entender cómo funciona la sociedad oriental. 

Este libro es de los que amas u odias. De hecho, me lo prestó una amiga que lo odió. En mi caso me ha parecido un libro simple, con una profunda reflexión y que se ha quedado en nada más. Pero ahora que se avecina el #marzoasiático, me parece una buena lectura.