Las eternas, Victoria Álvarez
¡Victoria Álvarez vuelve un año más a colarse entre mis lecturas! Y es que no podía ser de otra forma cuando se trata de una de mis escritoras españolas favoritas. En esta ocasión nos mete de lleno en la Venecia de principios del siglo pasado, en un ambiente de lo más gótico pero con un toque de ciencia ficción. Nocturna ha reeditado Las eternas, una de las primeras novelas de la autora, pero prácticamente reescrita. Hace un par de años leí Hojas de dedalera, una de sus primeras obras, y Las eternas no podía faltar en este blog.
La autora nos narra la historia de Mario, un juguetero veneciano cuya vida iba bastante bien hasta que una de las familias más pudientes de Venecia abre una juguetería enfrente a la suya que atrae a más clientela. ¿El motivo? Sus muñecas son autómatas, y parece niñas de carne y hueso. El problema es que una de las personas que lleva esa juguetería es Silvana, con quien tiene algo especial. Más allá de esto, Mario descubrirá un secreto muy escuro, como el por qué de esas muñecas.
El ambiente gótico, las muñecas autómatas y esa Venecia de 1900 hacen que esta novela se lea de un solo tirón y te mantenga enganchada desde la primera página. Victoria Álvarez no se anda con rodeos, con esta historia va directamente al meollo y te presenta la historia de lleno. Si bien es cierto que estamos a que sus novelas más recientes sean un poco más descriptivas (pero sin abusar), en esta las descripciones son simples pero necesarias.
Mario y Silvana me han encantado como pareja, al ser una novela corta no da para mucho desarrollo, pero caen genial desde un principio. Lo que nadie te dice es lo preparada que tienes que estar para ese final, porque te parte el corazoncito el mil pedazos.
No me extraña que en 2012 ya se viese venir el exitazo de la autora, porque debutando así con sus primeras novelas no podría ser de otra forma. Si no habéis leído a Victoria Álvarez tenéis que hacerlo ya, y si ya la conocíais y queréis ver sus inicios como escritora, os recomiendo muchísimo Las eternas.
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