En la segunda entrega de La villa de las telas, Anne Jacobs sume a la familia Melzer en el epicentro de la Primera Guerra mundial, es 1916 y la mansión deciden utilizarla como un Hospital militar, a pesar del desacuerdo de algunos familiares. La obra comienza con el anuncio de que Paul es convocado a la guerra, lo que coincide justo con el nacimiento de su primer hijo con Marie. 

Si tuviese que dar una opinión totalmente sincera sobre este libro, es que me ha parecido de lo más aburrido. No obstante, sé que no lo es. Entonces, ¿Por qué me ha parecido aburrido? Porque justo acabo de terminarme Downton Abbey y el libro es exactamente igual que la 2-3 temporada de la serie. 

Pensé que tendría un toque totalmente diferente, que sería más intenso y que no sería similar, pero al final me ha parecido exactamente la misma historia salvando las diferencias. Tanto la trama principal como las diferentes subtramas no me han convencido del todo, aunque estoy segura que en el tercer libro se desarrollarán aun más.

Lo único que me ha gustado es la fuerza que cogen las mujeres protagonistas de esta historia. Las secuelas de la guerra se hacen notar, y las mujeres empiezan a dirigir talleres, la casa y otra serie de tareas que antes eran ocupadas por hombres. Por otra parte, otro punto positivo que tiene libro es que gracias a la pluma de la autora se lee enseguida, es ligera y consigue que te termines el libro enseguida. 

Como no pretendo influenciar sobre los gustos de nadie, ni deciros si debéis continuar leyendo la saga o no, dejo que opinéis por vosotras mismas. Después de esta segunda entrega dudo mucho que continue con la saga, puesto que ha dejado de ofrecerme lo que buscaba: algo similar a Downton Abbey, pero no demasiado, entretenida e intrigante. Y en esta ocasión ha sido un copia y pega, aburrida y sosa.