No sé cómo había tardado tanto en leer un clásico tan bonito. Debe ser que estamos ante la temporada de clásicos porque en estas últimas semanas me he leído los tres más conocidos del siglo XIX y como veréis, han ido gustándome mucho más o mucho menos. En este caso, Mujercitas se ha convertido en uno de mis libros favoritos de este año. Alcott ha conseguido que esté embelesada con las cuatro hermanas, que las quiera mucho, y que haya encontrada un poquito de mi personalidad en cada una de ellas.

Las cuatro hermanas viven solas con su madre mientras su padre está en la guerra, esta situación las ha llevado a tener que subsistir de varias formas con tal de salir adelante. Muchas veces esto las pondrá en un aprieto, pero su alma caritativa es lo que las hace tan entrañables. La personalidad de cada se refleja ya desde el inicio del libro, y lo que hace que este clásico sea tan actual, es el enfoque feminista qué vemos en algunas ocasiones, sobre todo en el personaje de Jo, que es una inconformista y no deja que nadie le diga cómo tiene que ser. De esta forma se ha convertido en una de mis protagonistas favoritas.

Por otro lado, el resto de las hermanas gustan más o menos, pero lo bonito de este libro es que es como si estuvieses viendo su día a día en primera persona, pues esto es lo que se relata. La trama es totalmente plana, pero las pequeñeces diarias son los que lo convierten en un gran libro. Me ha encantado también ver el contraste social, entre clases más altas y más bajas, y cómo esto ha afectado a las protagonistas en distintos aspectos. Sin duda tiene un trasfondo crítico con respecto a las situaciones que vivieron estas cuatro hermanas. 

En líneas generales es un libro que he disfrutado mucho, me ha entretenido y es una lectura que incluso recomendaría a adolescentes, porque no es un "clásico más". Mujercitas es de esos libros que nunca pasan de moda, y al que todo el mundo debería darle una oportunidad.