Cumbres borrascosas es el último clásico que me he leído en estas semanas, y la verdad es que este pequeño maratón ha terminado en un mal sabor de boca. No había leído nada acerca del libro anteriormente, pero sabía que me llamaba mucho la atención. Así que no pude evitar tenerlo entre mis estanterías y ver que es lo que tanto maravillaba a la gente. No obstante, esto no ha sido así y se ha convertido en esos libros que por mucho que me he esforzado en leer he tenido que abandonarlo un poco más adelante de la mitad. Y me gustaría explicaros aquí por qué, sin menospreciar al clásico, obviamente.

Principalmente, apenas comprendí la historia, o al menos, eso me pareció. Considero que era todo muy brusco y absurdo al mismo tiempo, había cosas que no me terminaban de convencer y otras que no me cuadraban. Creo que todo esto se debe a la forma de escribir de la autora principalmente. 

De todas formas, creo que no era mi momento de leer este libro. Puede que en un futuro vuelva a leerlo y cambie totalmente de opinión, siempre he dicho que cada persona tiene su momento para cada libro, y sin lugar a dudas, no es -para mí- el momento de leer Cumbres borrascosas. 

Sin embargo, sí que me ha gustado la ambientación del libro y todo lo que le rodea, puede que sea lo único que me hizo continuar un poco más con la lectura, pero como obviamente no es el tema principal del libro, quedaba relegado a un segundo plano.