¡Hola! Hoy os traigo la reseña de un mini libro, y es que Chimamanda se está convirtiendo en una lectura fundamental para mí este año. Hace poco leí su segundo libro y es que os prometo que en cada uno de ellos aprendo cada vez más. 

En esta ocasión trae un manifiesto en el que expresa el peligro de solo leer una versión o cara de la historia. Los libros que leía ella de pequeña eran de gente blanca cishetero normativa, y nunca había leído nada acerca de su pueblo, gente de su país o que fuese similar a ella. Y esto se vio reflejado cuando se fue a estudiar a Estados Unidos y se dio cuenta que la vida real no era igual a cómo se la pintaban en los libros y que sí que existe literatura de su pueblo, en la que hay gente con sus raíces y que son buenos libros. 

Esto me recordó mucho a una profesora de Historia que tuve, que nos contaba que la historia siempre estaba contada desde el punto de vista del bando ganador y nunca de los vencidos. Y es tan real que hasta duele. Y es así, vivimos en una sociedad donde la literatura que consumimos siempre nos encontramos los mismos personajes y de que las historias que nos cuentan siempre nos quedamos con una versión y no debatimos o exploramos las otras vertientes. 

He aprendido mucho con este libro, pero no tanto como lo hice con los anteriores. Fue una lectura rápida y que te hace pensar. Totalmente recomendable para todas aquellas personas que necesiten aprender a contrastar información.