El vizconde que me amó, Bridgerton #2, Julian Quinn.
Los Bridgerton a cada día que pasa se van ganando un pedacito de mi corazón y con cada libro tengo la sensación de que me voy enamorando cada vez más de todos los hermanos. En esta ocasión el protagonista será Anthony, el primero de los Bridgerton quién forme parte de mis nuevos crush literarios.
El vizconde que me amó relata la historia de un hombre en cuyos planes principales el matrimonio no se encontraba en primer lugar, pero su responsabilidad como vizconde y la inquietud de su madre por conseguir que cada uno de sus hijos tenga un buen matrimonip hicieron presión para que en el año 1814 Anthony decidiese presentarse en sociedad -aunque ya llevaba mucho tiempo en ella-. Hasta ahora no hubo ninguna mujer que le llamase la atención -y eso que hubo mujeres y mujeres- hasta que Kate Sheffield llega a su vida. En un principio sus intenciones eran con su hermana, Edwina, pero con Kate siente una conexión especial que no había sentido jamás.
En esta segunda entrega poco a poco vamos conociendo cada vez más a la familia Bridgerton. Es cierto que en este libro apenas hay menciones al resto de hermanos pero sí que hemos adentrado en el pasado de la familia y en la trágica muerte del Conde. Además, este recuerdo ha creado un trauma en la vida de Anthony y será determinante en muchas decisiones de su vida. En cuanto a la ambientación, esta ha bajado con respecto al primer libro, pero la época nunca deja de estar presente gracias a los bailes y vestidos de los personajes.
En relación con esto último, no sabéis la alegría que me ha proporcionado este libro. Hacía mucho que no me reía tanto y solo Anthony y Kate han logrado hacerlo, su personalidad está marcada en todo momento y han conseguido que me divierta y enamore de su historia en todo momento. Julia Quinn ha conseguido que me mantenga enganchada a su novela gracias a sus personajes, y eso pocas escritoras de romántica consiguen hacerlo. Normalmente siempre sueles odiar a uno de los protagonistas, pero este no ha sido el caso ni de lejos. No hay nadie a quién puedas odiar y mucha gente a la que querer.
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