La verdad es que no sabría por donde comenzar con un libro que me ha sorprendido tanto para mal. Arte Egipcio prometía ser una maravilla de libro, y es cierto que en cuanto a imágenes lo ha sido, pero su redacción era nefasta. Soy consciente de que en un libro siempre se puede llegar a escapar alguna falta de ortografía, pero es que en este caso parecía que me estaban tomando el pelo. En cada párrafo (ni uno se libraba) había más de un error: -s finales comidas, cambios de género en los artículos o palabras, letras interiores desaparecidas... Un completo caos. 

Todos nos podemos equivocar, es cierto, pero lo de este traductor-corrector-editor es nefasto. Incluso la construcción de algunas oraciones era inexplicable. Parece que ha sido traducido, corregido y editado por un niño de cinco años. Ni siquiera hay sangría ni texto justificado. Lo único que se salva de esta edición es la forma en la que está maquetado y estructurado. La línea cronológica a pié de página, las imágenes ampliadas en distintas características y las explicaciones colocadas estratégicamente es lo que convierten a este libro en algo atractivo, pero una vez que indagas en su interior pierde todo su encanto.

En cuanto a lo que es el libro en sí, estamos ante una obra gráfica de las obras más famosas del arte egipcio, reconocibles al ojo y que ofrecen la oportunidad de observarlas detalladamente. Aparte de la explicación cronológica de estas obras, también se nos habla de los colores y en la forma en la que han sido talladas, por lo que nos podemos encontrar una explicación amplia de cada una de ellas. Generalmente, es un libro con un buen contenido pero mal plasmado. 

No soy capaz de recomendaros este libro, porque seguramente hay muchos otros que os expliquen mejor el arte egipcio de una forma más bonita sin que os entorpeza la lectura cada dos palabras. Lo mejor es que siempre tendréis la oportunidad de ir al British Museum o a Egipto para verlo con vuestros propios ojos.